¿Gastar o Invertir? Los beneficios que se obtienen entre una y otra acción

¿Gastar o Invertir? Los beneficios que se obtienen entre una y otra acción

¿Gastar o Invertir? Los beneficios que se obtienen entre una y otra acción

En este artículo vamos a platicar de gastar o invertir y sus beneficos. Tengo un conocido que es profesor de filosofía, quien en una ocasión en la que se discutía de manera acalorada sobre el concepto del libre albedrío, sus interlocutores no alcanzaban a comprender la postura que manifestaba. Él exponía que – ¡El mal no existe señores! Las decisiones que el ser humano toma siempre van encaminadas a un “bien”, y entiéndase por “bien”, aquello que como causa última satisface el apetito intelectual o sensible del sujeto activo. –

Fue todo un revuelo esa postura, misma que desencadenó un debate sobre temas de conductas antisociales, criminales, políticas, finalistas, bla, bla, bla. 

Decía otro: – ¡Pero claro que el mal existe! Hay personas que obran mal en detrimento de otros, o de sí mismo! – 

Y por supuesto el profesor replicaba – Ah pero claro, eso es innegable. Sin embargo, ese sujeto activo eligió un “bien”, y si ese “bien” que eligió satisfacer le pueda perjudicar a sí, pues muy su decisión. O bien si perjudica a terceros debe estar penado por la sociedad, pero eso no le quita a su elección, la consecución encaminada a la satisfacción de su apetito intelectual o sensible. –

– No no no, lo que estoy tratando de explicar es que existen “bienes” de un valor, y “bienes” de un valor mayor. Siempre existe la posibilidad de elegir mejor. Por ejemplo, una persona decide comerse tres trozos de pizza porque tiene hambre. Esta persona encamina su voluntad a satisfacer un apetito sensible: que se le quite el hambre, lo cual esta bien; pero puede decidirse por un bien de mayor grado, como comer una ensalada, la cual, ademas de quitarle el hambre, le puede nutrir mejor. –

En lo particular me pareció bastante lógica su premisa. O sea, de acuerdo a su postura, los humanos siempre encaminamos nuestra conducta a acciones que satisfagan ya bien el apetito intelectual o el sensible. Pero existe la posibilidad, dentro del vasto universo de “bienes”, que algunos pueden ser de mayor valor respecto de otros.

Sin entrar en detalles sobre la postura filosófica del profesor, para el tema de éste artículo, hoy pretendo exponer una idea sobre la diferencia entre gastar e invertir, y cómo ambas acciones producto de nuestra voluntad, son buenas porque nos dan como resultado satisfacciones, pero siempre tenemos la posibilidad de elegir el grado de valor que puede tener una u otra decisión.

Beneficios de gastar.

En este mundo en que vivimos no podemos vivir sin gastar. Empero, los gastos los realizamos tendiendo siempre hacia un “bien”. 

Gastamos nuestros ingresos en hipotecas o rentas con el propósito de tener un techo. 

También gastamos nuestros ingresos para la educación propia o de nuestros hijos.

Además gastamos en medios de transporte, en alimentos, en la conservación de la salud, en instrumentos de comunicación, de entretenimiento, gastamos para contribuir a alguna causa noble y un sinfín de etcéteras. Todo esto es importantísimo para nosotros. Resulta fundamental, elemental, prístino.

En la categoría de gastos incluso podríamos distinguir entre gastos productivos y gastos no productivos.

Si lo analizamos desde una perspectiva empresarial, los emprendedores consideran como gasto no productivo todo aquel que no tiene como consecuencia una finalidad de retribución. 

Una empresa que gaste recursos en actividades no productivas, no repercutiría en ingresos a la postre, por ende, no habría retribución. El negocio siempre debe emplear recursos para producir, de lo contrario, la empresa estaría cavando su propia tumba. 

En nuestro caso, los gastos que realizamos los hacemos para obtener una retribución.

Hipoteca igual a: tener una casa donde vivir, y luego, un patrimonio en este sentido. Educación igual a: conocimiento que se traduzca en valor al servicio de los demás y que nos genere un sustento.
Transporte igual a: la posibilidad de estar en el lugar requerido para nuestros fines. Alimento y salud igual a: vitalidad.
Comunicación igual a: disponibilidad.
Entretenimiento igual a: todos deberíamos tener derecho a dos de pastor con piña parados porque los tacos sentados no saben, o a una tarde viendo la serie favorita en suscripciones de t.v. de paga, o a una reunión con los cuates porque a veces solo ansiamos un espacio de vida disoluta.

Todos esos gastos naturalmente satisfacen necesidades. Elegimos “bienes” nunca “males”, si los analizamos desde la óptica de mi conocido filósofo.

Pero aquí el punto que someto a tu consideración es que, de algún lado debe manar el recurso para contar con la posibilidad de satisfacer esos “bienes”. Si disponemos de todos nuestros recursos para satisfacer esos bienes inmediatos, ¿estaremos eligiendo “bien”, o podríamos elegir esos “bienes” y además elegir algo “mejor”?

Si una parte de nuestros ingresos, además de utilizarlos para satisfacer esos “bienes”, los dispusiéramos en una inversión… ¿qué beneficio podríamos obtener de esa decisión?

Beneficios de invertir.

Ya vimos que no podemos vivir sin gastar. Pero al decidir invertir en vez de solo gastar, podríamos tener una doble estrategia que nos puede beneficiar sobremanera. Hoy y después.  Dieta hoy y panza sin estrés en la playa. Mil cremas hoy y cutis terso mañana.

Tener el pastel, y ademas comerlo es un dicho gringo muy famoso.

Si de los ingresos que percibimos hoy dispusiéramos al menos una cantidad de ellos en una inversión, al encomendarse esas cantidades en actividades redituables que por consiguiente nos generaran beneficios motivo de sus rendimientos o intereses, entonces por consecuencia, tendríamos la posibilidad de generar recursos monetarios diversos a aquellos que obtenemos de nuestra actividad económica preponderante.

Entonces, de esa fuente podría manar riqueza de la cual disponer de manera continua para elegir “bienes” habiendo elegido previamente un “bien” de mayor grado, esto es, invertir y no solo gastar. Claro, siempre desde las posibilidades de cada quien.

Si te gustaría conocer de una opción para invertir que te permita elegir a partir de hoy un “bien” diverso a solamente gastar, me encantaría conocerte y tener el honor de ser tu asesor.

¡Tu futuro está en tus manos!

Lauro Sández
Asesor Patrimonial

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